jueves, 15 de septiembre de 2011

ERRORES NO TAN ERRADOS


Podríamos a veces permitirnos resbalar mas seguido en la toma de decisiones y quizás, inconscientemente, podamos finalmente comprender, encontrar respuestas, solucionar esos acertijos en los que nos sumerge la vida a menudo. Porque tratar de buscar una respuesta lógica a todos los problemas ante los que nos encontramos en la vida es tan difícil como hallar una aguja en un pajar, o escapar de nuestra mismísima sombra. ¿Y porque trataríamos de escapar de nuestra propia sombra? ¿Acaso no sabemos que hasta resulta imposible engañarla con rápidos y audaces movimientos? ¿Se trata de escapar todo el tiempo de todo? ¿Vivimos anhelando conseguir aquellas metas que nos proponemos pretendiendo escapar precisamente de ellas? Creo que se trata de una cuestión de valentía, más precisamente, de una valentía que no poseemos. Una valentía deseada, una valentía de ciencia-ficción, de esas valentías indestructibles, de héroes adorados, de ídolos inalcanzables, casi ideales. Valentía que construimos inconscientemente consumiendo la mierda que nos ofrece el sistema y que muy pocas veces estamos dispuestos a vestir, a ocupar. No nos ocupamos de ser valientes, de ser responsables de nuestros actos, vamos de aquí para allá persiguiendo un sueño de plástico, con los ojos en ese objetivo, creyendo ser valientes, esquivando nuestras debilidades y derrotando a esos pequeños guerreros del camino, sobre los cuales conocemos nuestro pequeño poderío. Y es allí donde creemos ser valientes. Pero todo esa estrategia barata, no hace mas que convertirnos en unos completos cretinos y mediocres de la vida. Aquellos que solo buscan gustar, pero nunca encantar, convencer, pero nunca consolidarse, llegar, pero jamás mantenerse. Es el miedo a perder lo poco que ganamos cobardemente, lo que nos convierte en mediocres. Miedo a perder, miedo a fracasar sobre todo lo que enfrentamos. Miedo de volar y caer, miedo de sentir y sufrir, miedo de enamorarnos y quedar con el corazón destrozado. En realidad no sé a qué carajo se debe este miedo a vivir y solo puedo objetar que cada vez que nos equivocamos, inconsciente, queríamos equivocarnos para ver si aprendíamos a caer de una vez por todas. Quizás en el error aun existe una oportunidad para VIVIR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario