Si comenzaríamos a pensar en aquellos factores que impulsan el motor de nuestra existencia, estaría seguro que nos detendríamos sobre el dinero. Por mas intentos, palabras o disfraces que querramos añadirle a ese monstruo para convertirlo en alguna cosa que nos pase desapercibida, el siempre esta allí, con su imponente presencia.
Gradas que envuelven la magia con su excelencia. Historias que quedan grabadas en los nidos del techo. Ecos de voces que pasaron en el tiempo. Un teatro que vive entre los limites de los parietales.
viernes, 27 de noviembre de 2009
DINERO
Si comenzaríamos a pensar en aquellos factores que impulsan el motor de nuestra existencia, estaría seguro que nos detendríamos sobre el dinero. Por mas intentos, palabras o disfraces que querramos añadirle a ese monstruo para convertirlo en alguna cosa que nos pase desapercibida, el siempre esta allí, con su imponente presencia.
martes, 17 de noviembre de 2009
MIRADAS
Los ojos son esas dos esferas brillantes donde se refleja el alma del ser. Cuando intercambiamos miradas con otra persona, nos entregamos a un paseo a través de su espíritu y de su verdadera personalidad. En ellos pueden encontrarse muchas de las cosas que ocasionalmente buscamos en otros lugares. Pero sin correr mas lejos, debemos detenernos en ese hermoso par de pupilas rodeadas de centellas. Detenernos para darle una pausa a nuestra vida, para encontrar una única verdad, para enamorarnos, para reconocernos en ese gran espejo de rara esencia.
Cada vez que miremos a una persona notaremos cosas diferentes. Cuando esos ojos se muestren arrugados y húmedos aquel alma puede estar triste. Cuando observemos unos ojos inquietos y casi cerrados, es posible que una mentira se esconda debajo de esos párpados. Cuando podamos ver unos ojos sin dirección y llenos de brillo, es muy posible que aquel corazón se halla enamorado. Pues, tal como un lago refleja nuestra rostro, los ojos reflejan nuestras intenciones y sentimientos.
Podría agregar lo infinita que parece ser su magia, ya que son los únicos capaces de mostrarnos en mayor medida lo valioso que es el regalo de la vida. Mediante una compleja maquinaria resultan ser ese órgano tan indispensable que nos permite leer. Permitiéndonos abrir las puertas de la cabeza, soltando la ignorancia. Permitiéndonos crecer como personas social y culturalmente. Pues solo a través de ellos lograremos aumentar el tamaño de nuestro corazón y nuestro alma. Solo a través de la cálida mirada podremos lograr revertir los problemas para mirar la vida de otra manera. Para mirar la vida con una cabeza mas abierta a través de unos ojos lectores del mundo.
sábado, 14 de noviembre de 2009
VALORACIÓN
sábado, 7 de noviembre de 2009
TIEMPO
miércoles, 4 de noviembre de 2009
EGOÍSMO
Esta gran lupa que se acomoda delante de mis ojos, sigue observando minuciosamente lo que a los pies de su montaña se reproduce. En esta ocasión, el videoclip que puede observar no es ninguna sensación del momento y su vigencia trae fecha de largas décadas atrás. En el día de hoy, mis ojos logran irritarse junto a sus venas rojas al vislumbrar un suceso en evolución: el egoísmo impartido por el hombre hacia su entorno social.
En cada instante en que el hombre se relaciona con sus pares, eyecta desde sus poros, como un veloz y enorme caudal de agua, un egoísmo descomunal. Al hacerlo, empaña el rostro de todos aquellos seres con los que logra relacionarse.
Intentando obtener un origen cierto que pueda explicar el motivo de su individualismo, nos remontamos a los principios fundamentales que rigieron su educación. Luego de acomodarnos sobre aquella conciencia joven, tratamos de expandir algunas hipótesis que solucionen este gran dilema.
Un dilema de gran tamaño no siempre puede resolverse, y en la medida que puede lograrse, consta de una ardua tarea. Podemos pensar que un egoísmo del calibre que se observa, solo evoca a una gran mezcla de factores engorrosos: resentimiento, simple egoísmo y mera discriminación.
Aclarados ya los "posibles" detonantes de dicha actitud intolerante e inexcusable, estamos en condiciones de deslizarnos a profundizar cada definición:
-Por un resentimiento me refiero a una actitud egoísta que se forja en aquel nido familiar donde abunda la codicia. Frecuentemente los educadores del porvenir contagian a sus discípulos de una codicia reinante de ambición, de una ambición por conseguir lo que el "otro" tiene y "nosotros" aun no. Es allí donde se forma un resentimiento por eso que quiere alcanzarse y no se puede. Sucede entonces que, luego que el tiempo pasa las cosas resultan ser al revés y allí es donde demostramos egoístamente todos los bienes que tenemos y no deseamos compartir.
-Por un simple egoísmo no se que podría definir. Solamente me veo obligado a citar que ese egoísmo es un egoísmo que nació junto a aquella personalidad para formar una parte inquebrantable de su naturaleza.
-Por una mera discriminación podría llamar a aquello que no quiere compartirse por el simple motivo de no compartirlo. Este sería un tema para abordar con mayor dedicación, pues existe una discriminación muy grande en el hombre. Precisamente es en ella donde encuentro otro de los puntos determinantes del egoísmo. En ella solo vive un desprecio hacia los demás, un egoísmo al compartir lo que es de uno. Finalmente se discrimina a los demás individuos, maltratándolos con actitudes que nos separan cada vez más de ellos.
Estas tres últimas definiciones no son más que simples teorías que uno obtiene cuando examina dicho egoísmo en el hombre. No podría discernir claramente ni entre cada una de ellas, ni sobre la misma definición de la palabra egoísmo. Solo me resta anunciar esa imagen que se dibuja en mi cabeza cada vez que siento una egolatría hacia mi persona, citando ese espectro que viene a mi mente al pensar en esa fea costumbre egoísta: un enorme animal que envejece para perderse solo en los jardines envenenados de su vanidad.
martes, 3 de noviembre de 2009
SOCIEDAD
Cada nueva mañana no puedo evitar toparme con esta gente tan pacata y superficial en la que abundan los prejuicios. No puedo evitarlo porque mi vida constantemente me enreda entre su telaraña algunas horas y obedeciendo a mis obligaciones, caigo nuevamente como un ser indefenso e ínfimo sobre su red. Mientras el tiempo que involuntariamente permanezco adherido, la gran araña de la sociedad me angustia y ofende gravemente y solo existe un antídoto para remediar mis heridas: regalarles mi consentimiento.
Cuando simulo ser un arácnido de su misma especie, es cuando logro calmar temporalmente mi asfixia. De esta manera creo encontrar una pequeña parte de la solución al gran problema de aquella sociedad en constante declive. Cada vez que me veo herido solo puedo regalarles mi mueca de sonrisa, dejando esconder la droga de mi medicina: la ironía.
La ironía logra ser un estimulante personal perfecto. Es tal la ineptitud moral de mis hirientes que cada vez que les inyecto una dosis de ironía, quedan vacilando por un largo tiempo en una nube negra que los confunde. De esta manera puedo saborear una venganza que sabe a un doble gusto. Por un lado deleito el desahogo de mi enojo y por el otro aprecio la maravillosa experimentación que sufre aquel humillante bicho al perderse en la magia de una cruel ironía disfrazada.
Luego de aplicar mi plan, mis responsabilidades se extinguen y puedo disfrutar de mi soledad. Paseo alejado de la sociedad vagando en mi imaginación y acompañado de aquellas astillas de mi palo. Mientras pasa el tiempo, intento buscar alguna solución que repare totalmente el problema, pero me veo ante otro gran problema: tratar de encontrar una aguja en un pajar.