viernes, 27 de noviembre de 2009

DINERO



Si comenzaríamos a pensar en aquellos factores que impulsan el motor de nuestra existencia, estaría seguro que nos detendríamos sobre el dinero. Por mas intentos, palabras o disfraces que querramos añadirle a ese monstruo para convertirlo en alguna cosa que nos pase desapercibida, el siempre esta allí, con su imponente presencia.
Desde algún rincón recóndito de nuestra vida, este viejo señor añorado de amistad por mas de uno, descansa tranquilamente. Con su fuerte personalidad seduce a muchas personas y en cualquier situación parece tener la capacidad de revertir todo tipo de problemas. Pues este señor parece ser ese bigote ingenioso que resuelve todo, parece ser esa palabra mediadora para defenderse de todo tipo de agravio. Pero lamentablemente estas ultimas citas son solo apariencias.
El hombre, ingenuo como siempre y ambicioso de conseguir cada día mas dinero, se torna completamente enfermo. Las monedas lo encandilan con su brillo, los casinos lo pierden entre sus luces y finalmente, entre todos los demás juegos sustentado por dinero, el pobre tonto ya no es el mismo de antes. Conforme pasa el tiempo, el hombre, dichoso de llamarse humano, se destruye a si mismo entre los juegos mas peligrosos. El dinero se convierte en un arma que jamas va a defenderlo y que solo tiene una finalidad: convertirlo en su víctima.
Es así que el dinero es un arma que continuamente seduce su razón. Lo funde en una salsa de alegrías y esperanzas falsas, locura, pánico e inconsciencia y este pobre hombre pide a gritos encontrar una salida definitiva. Pues hay días en que la salsa esta exquisita y cubriéndolo con una cálida y confortable capa, le dibuja un mundo hermoso, donde no hay tristezas, ni penas que lamentar. Pero luego la capa se da vuelta y esta no parece ser la mejor, porque sobre su superficie van naciendo las flores podridas que jamas quiso vislumbrar. Tales flores, marchitas y rotas, que huelen a sueños destrozados, van mostrándole el otro lado del dinero y de pronto el hombre parece tomar conciencia.
Cuando todo termina, ya el sol no asoma detrás de esa tormenta y este indefenso ser despierta completamente perdido ante el mundo. Al abrir los ojos no tiene mas nada que su cuerpo destrozado y unas ansias de felicidad que jamas pudo conocer. Al cerrar los ojos, rememora todos los días desperdiciados en los juegos del dinero, aquellos juegos que lo dejaron ciego y perdido. Es en ese momento, justamente en la oscuridad de su pensamiento, cuando ve con claridad todo lo que sucedió y al abrir los ojos nuevamente una bala impacta entre sus cejas.

2 comentarios:

  1. "Cuando se haya secado el último río, cuando se haya muerto el último pez, el hombre se dará cuenta que el dinero no se come"

    Vicky!

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  2. Tenes un don para decir las cosas como son! te quiero lindo! besote...yo!

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