jueves, 29 de octubre de 2009

PERDIDAS


La personalidad del hombre esta formada por miles de cosas de gran importancia. Frecuentemente, la presencia de muchas de ellas resulta indispensable para mantener constante el ritmo de vida. Si faltan algunas de esas cosas, el hombre comienza a sentir una irregularidad en su vida. Siente que ya no es el mismo y desde aquel momento en que ese magnifico brillante se mantiene ausente, con el van ausentándose varios rasgos de la personalidad de aquel hombre. Aquel hombre distinto. Aquel hombre feliz. Aquel hombre triste. Vaya uno a saber las variaciones que pueden ocasionar dichas perdidas.
Cabe destacar, que a pesar de que la personalidad del ser es solo una, infinitas personalidades conforman la suya. Tal como un perro domesticado al azar comienza a sentirse extraño cuando recibe ordenes de su dueño; el hombre comienza a sentirse extraño cuando le falta eso que antes lo ayudaba a desarrollar su rutina. Quedamos tan arraigados a todas las cosas que se cruzan en nuestro camino, que jamas imaginamos nuestra vida sin ellas. Quedamos inmóviles ante los sucesos inimaginables que nos acechan. Las perdidas inesperadas irritan nuestros sentimientos como un ácido que corroe nuestros huesos y a medida que pasa el tiempo se mantiene vigente con su cruel reminiscencia.
Cuando muere alguno de los arboles que habían sido sembrados en nuestro espíritu solo nos quedan dos de sus grandes ramas. Una de las ramas que recuerda todas las vivencias de la misma, todos esos vientos que acariciaron su cuerpo, todos los truenos que temblaron sobre su piel, todos los soles que nacieron en las madrugadas.La otra de las ramas es quizás la mas infertil, es esa rama que muchos deseamos talar.
Esta ultima, a pesar de nuestros intentos por eliminarla, permanece intacta posada en nuestro recuerdo, generándonos un gran dolor. Recordándonos solo la triste ausencia de aquello que se fue. Esta es una maldita inquilina de nuestra alma. Es esa rama que nos va pinchando durante toda nuestra vida. Esa rama tan dañina que no nos deja ver todo lo demás. Es una que pincha aun mas, cuanto mas intentamos borrarla. Una maldita rama que deberíamos tratar de disfrazar porque de lo contrario no nos dejara respirar y sera como una lanza que atraviesa nuestros pulmones.

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